2009-04-06
Días así me dan todas las razones para suicidarme.Bajar al Cervantes empieza a ser un agobio total para mi.“Hay que irme”, “estoy caliente” (en lugar de “tengo fiebre”), (“chica” escrita con “k” en lugar de “c”) y mucho más. Así son mis cursos en el instituto.
A veces siento que estoy recibiendo las clases con un grupo de niños, egoístas y hasta diría que con gente absolutamente bárbara, si me permitís el uso de la palabra.Debates ridículos en los que cada uno intenta atacar l al otro por razones desconocidas, comentarios sobre la vida privada de la gente, y lo peor son las mentiras que se dicen para molestar.Y de todo esto lo que me sorprende mas es que José, mi profesor de castellano, siempre tiene que intervenir para calmar la situación. Cursos en estas condiciones me sacan de quicio. Exponer mi vida privada en publico no es algo que suelo hacer y sobre todo cuando lo que se dice no es verdad y toca a mi amor propio y a mi dignidad.
No recuerdo haber juzgado a alguien y de la misma forma, tampoco me agrada que lo hagan conmigo. buscar el porqué de las cosas en este país no vale la pena. Tampoco vale la pena intentar mejorar la situación si la mitad de las personas todavía no ha llegado al estado civilizado que se requiere.
Describiéndoos mi situación actual, se resume en pocas palabras que mientras yo tengo una semana cargada de estudios, de deberes, de responsabilidades familiares y de algunos pensamientos o recuerdos de unos abrazos que me harían sentirme mejor si tuviera la posibilidad de volver a recibirlos, otra gente aquí no tiene nada para hacerlo y así me dan mucha más importancia que la que debería ocupar en su tiempo.
En fin, aunque mi reloj gris esta con José, aún conservo el negro, que me sirve para planificar mis 24 horas, de modo que no tenga espacio para escuchar a los cerebritos rubios que hacen que Argelia, con todo el potencial que tiene, nunca cambie.Os agradezco la lectura.
Tuesday, April 7, 2009
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