Saturday, July 18, 2009
Sentimientos del corazón (4)
El miercoles 15 de julio de 2009
A las 7:15 pm en país acababa aquí de tomar el TGV para ir a Paris.
Dejé la práctica que me estaba dando los peores sentimientos del mundo.
Me acuerdo de que al llegar el 3 de julio a Marsella estaba muy contenta. Tenía una gana enorme de quedarme aquí y poder por fin “ser yo” como lo quiero, sin que haya gente para juzgarme o decirme lo que debo o lo que no debo hacer.
Me acuerdo también de una frase que dije este mismo día: “me costará mucho volver a mi país después de dos meses tan preciosos aquí.”
Esta frase, hoy la lamento muchísimo porque no pude ni adaptarme, ni sentirme bien.
Pero lo que estoy haciendo es tomar esto como si fuera una experiencia de la que aprendí muchísimas cosas aunque fue corta.
Aprendí sobre mí y sobre la gente a mí alrededor.
Como lo estaba esperando en Argel, fui a un lugar donde no había nada excepto los arboles, las montañas y una ciudad a 20 km hacia abajo que no pude ver.
Conocí formas de vida más o menos graciosas como las playas a toples, aunque me hubiera gustado ver las nudistas :D
Conocí también a dos chicas mexicanas totalmente locas y muy simpáticas que no voy a olvidar, sobre todo cuando se emborrachan con la cerveza.
Ellas y yo nos hicimos amigas porque a los franceses no les gustaba tanto quedarse con nosotros.
Conocí gente muy simpática que venia con los niños para pasar algunos días de vacaciones. Estos dos gemelos eran mis favoritos.
Viví formas de racismo por el ser árabe y es una de las razones que hizo que tomé este billete para irme a Paris.
Por el placer de un amigo mío que me invitó una vez a tomar pescado en su casa y que no quise probar porque estaba hecho con vino, me hicieron comer un plato con vino y esto me sacó de quicio.
Aprendí también a tomar mis decisiones sola y a ir hasta el fin de la situación que decido vivir.
De lo más tenue que vi, la ayuda de la gente argelina allí fue lo que más me gustó.
Nunca olvidaré esta familia que conocí en Villanueva y que estaba preparada para ayudarme.
Aprendí a tomar el tren sola (es gracioso pero en estas cosas soy torpe)
Y sobre todo entendí que estaba hecha para la gestión, ni para servir, ni para limpiar, y tampoco para arreglar habitaciones.
En pocos días, encontré los problemas del restaurante donde trabajé y estoy muy orgullosa.
Lo que me deja contenta es saber que tengo mas conocimiento que muchísimas personas pasándolo de listas.
Las fiestas aquí no tienen un buen gusto como las que celebro con mis amigos y la verdad es que no echo de menos el país, ni la gente sino las personas más queridas que dejé allí.
La primera es la que su falta me hizo llorar durante mucho tiempo hasta que no pueda sentir mi corazón: mi madre.
Ahora estoy tomando este viaje como vacaciones aunque me habria gustado poder hacer esto en Estambul pero bueno, de todas formas Paris es la ciudad que todo el mundo desea visitar.
Lo que más me sorprendió era mi capacidad de reconocer los árabes aunque intentaron esconderlo.
De vuelta a mi país dentro de pocas semanas, pasaré más tiempo y haré más actividades con mi madre.
Intentaré aprender más sobre los niños y abrirme al mundo guardando mis formas de ser.
(al escribir esto, me viene una sonrisa porque el chico sentado a mi frente en el TGV es Kabil y lo sabia)
Hoy soy feliz, me siento bien. Tengo ganas de volver a hacer esfuerzos para estudiar y tener éxito en la vida y sobre todo hacer que mi madre y yo juntas hasta el ultimo día de mi vida tengamos todo lo que deseamos.
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