Nunca esperé algo especial en ese dia, aunque me considero como mujer madura con presencia en ese mundo.
Temprano por la mañana, puse el traje azul oscuro y fui a la embajada de Bélgica para trabajar.
No sé qué puede sentir una mujer trabajando en el día de la mujer, haciendo de su mejor para que otras lo pasen bien.
Ese tipo de trabajo no lo hago siempre. Pero a veces, necesitar dinero y acepto todo lo que se puede hacer para ganar unos dinares
La verdad es que hasta ahora, no entiendo la razón para ese tipo de celebración
La rosa roja de plástico que veis aquí, y que me regaló el conductor de la embajada sin conocerme, no me gustó tanto.
Tampoco me gustaron las comidas, la música y la tontería en la estaban las embajadoras bailando como locas.
Mitad de la gente allí, no pudo entender cómo puedo hablar ingles y español.
En oposición a ellas, no entendí porqué con el ser mujeres ricas en m país del tercer mundo, estaban tomando las cosas de la manera menos profunda que pueda existir.
Es decir que, era importante para ellas comer mucho, probar todos los dulces, que a mi me dan igual.
A veces parece que lo más tienes en esa vida, lo menos disfrutas de cosas simples, sencillas y bonitas.
Así que nunca espero tener el poder, ni tanto dinero.
Mi vida resulta en fin, un placer enorme, porque sus normas básicas son la observación y el aprendizaje de cada experiencia, cada movimiento del mundo con cada latido de mi corazón.
Para concluir, quiero agradeceos la lectura de mi blog.
Temprano por la mañana, puse el traje azul oscuro y fui a la embajada de Bélgica para trabajar.
No sé qué puede sentir una mujer trabajando en el día de la mujer, haciendo de su mejor para que otras lo pasen bien.
Ese tipo de trabajo no lo hago siempre. Pero a veces, necesitar dinero y acepto todo lo que se puede hacer para ganar unos dinares
La verdad es que hasta ahora, no entiendo la razón para ese tipo de celebración
La rosa roja de plástico que veis aquí, y que me regaló el conductor de la embajada sin conocerme, no me gustó tanto.
Tampoco me gustaron las comidas, la música y la tontería en la estaban las embajadoras bailando como locas.
Mitad de la gente allí, no pudo entender cómo puedo hablar ingles y español.
En oposición a ellas, no entendí porqué con el ser mujeres ricas en m país del tercer mundo, estaban tomando las cosas de la manera menos profunda que pueda existir.
Es decir que, era importante para ellas comer mucho, probar todos los dulces, que a mi me dan igual.
A veces parece que lo más tienes en esa vida, lo menos disfrutas de cosas simples, sencillas y bonitas.
Así que nunca espero tener el poder, ni tanto dinero.
Mi vida resulta en fin, un placer enorme, porque sus normas básicas son la observación y el aprendizaje de cada experiencia, cada movimiento del mundo con cada latido de mi corazón.
Para concluir, quiero agradeceos la lectura de mi blog.
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